ACOMPAÑAMIENTO PERSONALIZADO
En el CAD no creemos en recetas únicas ni en intervenciones aisladas. Cada persona es distinta, y por eso nuestros programas de acompañamiento se adaptan a su entorno y sus verdaderas necesidades. Acompañar, para nosotros, es hacerlo de manera integral, respetuosa y con propósito.
Antes de diseñar cualquier plan de apoyo, es fundamental entender al individuo. Por eso, nuestras evaluaciones cubren todas las áreas del desarrollo: comunicación, lenguaje, emociones, conducta, habilidades cognitivas, sensoriales y sociales, así como el contexto familiar y educativo.
Nuestro enfoque es riguroso pero empático. Evaluamos para conocer y adaptar. Para nosotros, una evaluación es una oportunidad para descubrir las fortalezas, intereses y desafíos reales de cada persona, y desde ahí, construir un plan de apoyo a medida, con objetivos claros, aplicables y respetuosos. Todo el proceso se realiza con el apoyo de nuestro equipo multidisciplinario y siempre en diálogo con la familia.
Evaluaciones integrales del desarrollo
Antes de intervenir, escuchamos y comprendemos. Nuestras evaluaciones buscan mirar de forma completa todas las áreas del desarrollo de cada persona, no solo detectar desafíos, sino también reconocer fortalezas. Esto nos permite diseñar estrategias realmente efectivas, ajustadas a lo que cada niño, niña o joven necesita.
Trabajo en entorno natural
Creemos que el aprendizaje real ocurre donde suceden las cosas importantes de la vida: en casa, en el colegio, en espacios cotidianos. Por eso nuestras intervenciones se realizan en entornos naturales, lo que facilita la generalización de habilidades, reduce la ansiedad y permite que todo fluya de forma más espontánea.
Respeto a la neurodiversidad
Aquí no queremos cambiar a nadie. No buscamos “normalizar” conductas ni forzar procesos. Valoramos a cada persona tal como es, y trabajamos para fortalecer sus habilidades, respetar su ritmo y promover su bienestar desde la autenticidad y la aceptación.
Enfoque en la familia
Acompañar no es solo trabajar con la persona neurodivergente, es también sostener a quienes están a su lado. Por eso, nuestras familias reciben herramientas, contención y formación para que puedan acompañar desde la calma, la seguridad y la comprensión.